Relató el Senador que Ricardo Flores Magón se negó a callar la miseria de los peones y el desprecio que los poderosos sentían por los indígenas. Denunció el atropello a la dignidad de los pobres, la enorme riqueza de los ladrones enquistados en el poder y planteó el cambio por la vía de las armas.
La vida de Ricardo Flores Magón, no es diferente a la biografía de los pobres. Padeció la dura realidad del hambre y la angustia de las necesidades. Huésped de las vecindades, pudo sobrevivir a los golpes del infortunio, porque nunca dejó de luchar y desde la trinchera de sus carencias inventó su sueño propio.
El Senador Ramírez López relacionó la figura de Ricardo Flores Magón con la realidad que enfrenta México en el siglo XXI en donde persiste la de quiebra de las ideologías, la mercantilización de la política, del turismo partidario, y de escandalosas deslealtades.
Recordó sus palabras cuando le ofrecieron la libertad a cambio de que pidiera perdón.
“…estoy condenado a cegar y a morir en la prisión; mas prefiero esto que volver la espalda a los trabajadores y tener las puertas de la prisión abiertas a precio de mi vergüenza. No sobreviviré a mi cautiverio, pues ya estoy viejo; pero cuando muera, mis amigos quizá escriban en mi tumba: ‘Aquí yace un soñador’, y mis enemigos: ‘Aquí yace un loco’. Pero no habrá nadie que se atreva a estampar esta inscripción: ‘aquí yace un cobarde y traidor de sus ideas’".
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